Toca volver a madrugar, ponerse el uniforme, desayunar a la carrera para llegar al autobús, irse pronto a la cama y llevar carpetas y mochilas a cuestas.
Y una vez aquí hay que ponerse trabajar, pero también hay tiempo para disfrutar, y para hacer un poco más fácil la vuelta al cole nos fuimos a la piscina grande.
¡Hasta los más pequeñitos se atrevieron!
Habrá que esperar a que vuelva el verano para repetir. Mientras tanto nos queda la piscina cubierta...¡¡el agua está tan calentita!!
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