Durante el juego la actividad mental es continua, el juego implica creación, imaginación, exploración y fantasía. A la vez que el niño juega, crea cosas, inventa situaciones y busca soluciones a diferentes problemas que se le plantean a través de los juegos. El juego favorece el desarrollo intelectual. De esta manera se aprende a prestar atención en lo que está haciendo, a memorizar, a razonar, etc.
Como ya conocemos las letras y los fonemas, ya somos capaces de formar palabras.
¡Así que nos pusimos a jugar!
Y conseguimos, además de nuestros nombres, un montón de palabras
Con un gran trabajo de equipo conseguimos montar este puzzle gigante
Y aquí estamos jugando una partidita de dominó ¿alguien se anima a retarnos?
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