En los primeros años de vida, hasta los siete años aproximadamente, la
educación del niño es psicomotriz. Todo, el conocimiento y el
aprendizaje, se centra en la acción del niño sobre el medio, los demás y
las experiencias, a través de su acción y movimiento.
En otras palabras, en las acciones de los niños se articula toda su
afectividad y sus deseos, pero también todas sus posibilidades de
comunicación y conceptuación.
La psicomotricidad, como estimulación a los movimientos del niño, tiene como objetivo final:
- Motivar la capacidad sensitiva a través de las sensaciones y relaciones entre el cuerpo y el exterior (el otro y las cosas).
- Cultivar la capacidad perceptiva a través del conocimiento de los movimientos y de la respuesta corporal.
-
Organizar la capacidad de los movimientos representados o expresados a
través de signos, símbolos, planos, y de la utilización de objetos
reales e imaginarios.
- Hacer que los niños puedan descubrir y expresar sus capacidades, a través de la acción creativa y la expresión de la emoción.
- Ampliar y valorar la identidad propia y la autoestima dentro de la pluralidad grupal.
- Crear seguridad al expresarse a través de diversas formas como un ser valioso, único e irrepetible.